Hoy me gustaría comentar el concierto para violonchelo y orquesta e Lutoslavski.
Lutoslavski fue el tipo que me acercó a la música contemporánea. Recuerdo que, siendo adolescente, gastaba todo mi dinero en cintas de cassette que luego grababa con la música que ponían en Radio clásica. Así iba ampliando los compositores y estilos que conocía. Hasta entonces la música contemporánea no me había llamado la atención, pero entonces emitieron este concierto, lo escuché y podríamos decir que empecé a mirarla con otros ojos.
Lutoslavski fue un compositor polaco que vivió entre 1913 y 1994. Es considerado el compositor polaco más importante después de Chopin (bueno, no sé si oficialmente, pero al menos sí para mí).
Lutoslawski se preocupó mucho por la forma musical. A él le parecía que las piezas largas no siempre funcionaban. Por ejemplo, escuchaba una sinfonía clásica, (Beethoven, Mozart, Haydn...) y le gustaba mucho el primer movimiento pero luego la pieza empezaba a flojear y se aburría. Si escuchaba a Brahms, percibía que el primer movimiento era impactante, también el último era importante y la sensación con la que se quedaba era así como de sobreesfuerzo. Entonces se propuso cambiar un poco las funciones estructurales, para depositar todo el mayor peso expresivo de la pieza en el último movimiento. Algo así como invertir los papeles clásicos.
Hoy voy a poner una cita del propio Lutoslawski, para que veáis como se expresaba él, y así llenar un poco el comentario:
"En la música del Clasicismo, sobre todo en la de Haydn, Mozart y sus contemporaneos, el movimiento principal de una pieza siempre era el primero; el Finale, en cambio, era una conclusión de carácter más ligero y, por lo general, más alegre. En el romanticismo tardío, en la música sinfónica de Brahms, había pues dos movimientos principales: el primero y el último. Pero cada vez que escucho sinfonías de Brahms me invade cierta sensación de cansancio y sobreesfuerzo. Con el fin de evitar esta impresión, intenté escribir yo mismo algo que resultara bien proporcionado en cuanto a la forma pero que, al mismo tiempo, los oyentes pudieran percibir como algo unitario y con solución de continuidad. Así pues, invertí el orden que seguían los primeros clasicistas trasladando el mayor peso de la obra al último movimiento. Frente a éste, la parte introductoria tendría la función de despertar el interés del oyente y "captarle" de modo que "se viera involucrado" en los acontecimientos musicales; pero también la de "dejarle insatisfecho" y dispuesto a mostrarse receptivo ante una cantidad de música de mayores dimensiones y mayor intensidad"
Esto lo podéis encontrar en el libro "La música contemporánea a partir de 1945", que escribió Ulrich Delius y que en España edita AKAL y fue impreso en Madrid en 2004. La página la he perdido porque he cerrado el libro, pero está en la parte que habla de Lutoslawski.
Bueno, despues de esta cita "Suigeneris" de la fuente, sigo con mi rollo. Resulta que Lutoslawski, además de preocuparse por crear procesos formales interesantes que enganchen al oyente, y que en este concierto funcionan estupendamente, es considerado como el pionero en una técnica que llamó "contrapunto aleatorio". El contrapunto aleatorio es una forma de componer que como su nombre indica proviene de mezclar el contrapunto y la aleatoriedad. En música, la palabra contrapunto implica que hay varias melodías y que en principio todas tienen una importancia similar. La música no consiste en una sola melodía acompañada, sino que todas las melodías marchando juntas hacen la pieza musical. Este tipo de música era muy habitual en la edad media y en el renacimiento e incluso en el barroco, pero luego cayó en desuso, aunque se siguió utilizando. La aleatoriedad en música implica que algún factor clave, como la duración de las notas, la altura de las notas o el timbre o algo así no está fijado y se deja en manos del intérprete. Y en este caso lo que no está fijado es la duración de las notas. Así pues, Lutoslawski lo que hace con esta técnica es escribir varias melodías que sabe a priori que pueden funcionar bien en cualquier combinación y dejarle a los intérpretes que decidan la duración de cada una de las notas. Visto así puede parecer que no tiene sentido, pero cuando se pretende crear una atmósfera compleja con una armonía controlada, probablemente esta técnica sea la más sencilla a la hora de interpretarla. Sin embargo, Lutoslawski suele utilizar este contrapunto aleatorio no como la música en sí, sino más bien como un acompañamiento o un relleno a la melodía, o a otra cosa.
El concierto para violonchelo está estructurado en cuatro movimientos que van todos juntos sin interrupción. El primero funciona como una cadencia para violonchelo solo, solo que no tiene el carácter virtuoso de las cadencias al uso, además de que funciona como introducción y no como culmen del concierto. Luego viene una segunda sección, larga, dividida en partes, donde se van presentando los distintos instrumentos de la orquesta además de desarrollarse el material que ha expuesto el violonchelo en la introducción. Es una parte larga donde las distintas secciones se van viendo interrumpidas por una especie de pequeña fanfarria de metales. La tensión va en aumento y llegamos a una cantilena, preciosa, donde el violonchelo lleva la melodía y el resto de la orquesta le acompaña dirigiéndose todos poco a poco a la última sección del concierto donde todos los materiales están presentes. Una sección con mucha fuerza que finalmente desaparece para terminar como al principio.
Como siempre, lo mejor es escucharlo. (ojo, no está entero, hay que seguir buscando por ahí)
Gracias por comentar una de mis obras preferidas del siglo XX. Desde la primera vez que escuché este concierto, quedé impactado.
ResponderEliminarDejo un enlace donde se puede escuchar en youtube, interpretado por Rostropovich, y dirigido por el propio Lutowslawski.
http://www.youtube.com/watch?v=qbxU3uFWdWI
Un saludo.
Ostras, muchas gracias por el enlace.
ResponderEliminarLa versión está muy chula, no podía ser de otra manera, claro.
Un saludo!