viernes, 11 de diciembre de 2009
The cusp of magic, de Riley
Terry Riley nació en 1935 y, por tanto, cuando llegó 2005 cumplió 70 años. Hasta aquí todo normal. Para celebrar ese cumpleaños, aparte de una tarta, que no puede faltar en ningún cumpleaños, los chicos de Kronos Quartet, decidieron encargarle una obra de música. Supongo que no le pusieron ningún tipo de limitación, salvo, evidentemente, la de escribir para cuarteto de cuerda. Pero Terry Riley siempre se ha interesado por técnicas tanto musicales como instrumentales de otras culturas. Durante los '70, los '80 y los '90 era relativamente frecuente verle en grupos de improvisación con gentes de India, de China y de diversos países orientales. Incluso creo haberle visto tocando el sitar en alguna ocasión. El caso es que para esta ocasión pidió la colaboración de una virtuosa china de un instrumento tradicional de allí. Se trataba de Wu-Man. Ella conocía a Terry Riley de antes y le había enseñado algunas técnicas de su instrumento. También había colaborado en diversas ocasiones con Kronos Quartet, por lo que podemos decir que todos se conocían ya y la cosa no fue complicada.
El título hace referencia a la noche de San Juan. La noche de San Juan es una noche mágica, la más corta del año y se le atribuyen infinidad de poderes místicos. No voy a meterme por ahí, pero el caso es que Terry Riley, precisamente había nacido en un día de San Juan, el 24 de Junio. El título de la pieza, "The cusp of magic" hace referencia precisamente a esa noche y a todas sus cualidades místicas. En castellano debe significar algo así como "El recorrido de la magia". Hay un montón de referencias a rituales americanos asociados a esa transición de la primavera al verano.
Sin embargo, una de las cosas que más llaman la atención al escuchar este quinteto es la utilización de instrumentos ajenos completamente a la plantilla. En el primer movimiento se trata de un bombo de pie, como los que se usan en la batería, y una especie de cascabeles, tocados, ambos por el primer violín, a la vez que toca su instrumento. También, aparece una voz, que es en realidad la de Wu Man, que canta a la vez que toca la pipa. Riley le propuso que escribiera aquí una suerte de nana, como si estuviera cantando a su pequeño hijo.
Y si de niños va la cosa, todo se completa con la utilización de un montón de juguetes que hacen ruidos diversos. Harrington, primer violín de Kronos Quartet, solía traer a sus nietos jugetes de cada parte del mundo en la que toca con el cuarteto. Así pues, podemos decir que sus nietos tienen una buena ludoteca. Terry Riley y David Harrington pasaron una tarde entera jugando con sus nietos y aprovechando para seleccionar todos los juguetes que les gustaron por el sonido. Al final Riley incorporó todos estos artilugios a la propia obra, y suenan en dos de los movimientos, donde la mayor parte del acompañamiento está formado por estos juguetes.
Todo va complementado por un acompañamiento electrónico que de una manera muy sutil genera una envolvente para toda la pieza.
El resultado es el de una pieza que parece que sólo tendrá salida en el espectáculo propuesto por Kronos. Suponemos que será dificil encontrar a un cuarteto de cuerda que pueda contratar a una intérprete de pipa, que también cante, y además conseguir todos los juguetes que Riley propone.
De todas formas, seguro que los oyentes que asistieran a alguna de las representaciones vivieron lo que quería Riley. Una esperiencia mágica.
Los demás nos tenemos que conformar con la grabación en CD.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario