viernes, 5 de junio de 2009
Prometeo, de Scriabin
Hoy se me ha echao el tiempo encima también, pero la verdad es que he tenido un día duro. Así que voy a tener que hacer un post más reducido, porque en verdad lo que apetece es descansar. Pero bueno, la vida de Scriabin también fue interesante y merece siquiera un poco de atención.
Resulta que este hombrecillo nació sólo un año antes que Rachmaninov, lo cual no dice mucho. Ambos se conocieron siendo estudiantes cuando aún eran adolescentes, y comenzaron a componer en un estilo similar. Además ambos eran pianistas bastante buenos. (Si acaso Rachmaninov un poco mejor que Scriabin, pero no mucho) Se hicieron amigos, supongo que no les quedaría más remedio porque serían los únicos chavales con un toque de genialidad similar, y nadie se les acercaría sin salir huyendo a continuación. El caso es que después de estudiar, pues cada uno siguió su camino.
A Scriabin en principio le fue bastante bien, pero pronto se le empezó a ir la cabeza. Era bastante hipocondríaco, se lavaba constantemente las manos y nunca cogía dinero directamente sin usar guantes, por ejemplo. Y luego era también bastante místico y dicen que estuvo meditando en el Nepal o por ahí. El caso es que además, por si todo esto fuera poco tenía la extraña capacidad de asociar colores con sonidos. Es decir, tú le tocabas un la y lo veía todo verde. Un Sib era acero resplandeciente, un Si, nacarado, un Do Rojo, el Do sostenido Violeta, el Re amarillo, el Re sostenido Acero resplandeciente también, el Mi Blanco nacarado y resplandor de luz de luna, el Fa Rojo intenso, el Fa sostenido Azul brillante, el Sol Anaranjado Rosado y el Sol sostenido, Púrpura. Osea, que escuchar una pieza de sus amigo Rachmaninov tenía que volverle loco. A esta relación entre sonidos y colores se le llama Sinestesia. Y ahora está bastante estudiada, pero en la época de Scriabin, no tanto.
Armónicamente también empezó a irsele la cabeza y se obsesionó con un acorde. El acorde formado por las notas: Do - Re - Mi - Fa# - La - Sib. La primera vez que aparece este acorde es en este "Prometeo, el poema del fuego" que en realidad es como una sinfonía , la quinta.
Este acorde, que armónicamente da mucho juego, lo utilizaba como una obsesión, y basaba piezas enteras en él. Era utilizado no solo como tónica sino casi como eje vertebral, variando y modificandolo poco a poco, pero sin perder nunca su esencia.
Pero esto no es todo. Scriabin buscaba una conjunción de las artes. Más que una conjunción de las artes, una conjunción de los sentidos. Puede ser que quisiera compartir con el mundo su sinestesia. Así pues, para este "Prometeo" diseñó un órgano de luces, que cuando se tocaban las notas, iluminaba la sala con los colores que he comentado antes. Pero este órgano no llegó a utilizarse en el estreno.
Cuentan que en su última pieza, pensaba mezclar luces, música y olores. Pero nunca la terminó. Falleció por una infección en la sangre a raiz de un forúnculo en el labio.
Después de su muerte, Rachmaninov empezó a tocar su música.
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hey jose, hasta ahora puedo pasar a leer tu blog... pues nada, me gustaria ver algun dia el prometeo como Scriabin lo concibio, el juego de los sentidos: las luces, olores, sonidos... este tipo fue un genio pensarse una puesta en escena asi en su epoca....
ResponderEliminarq bacan debe ser por momentos esto de la sinestesia... aunque supongo q llega el dia q uno se siente desbordado, digo yo...
espero hayas descansado :)
saludos!
http://www.youtube.com/watch?v=V3B7uQ5K0IU
ResponderEliminarAqui está la obra como Scribin la concibió. Una muy buena producción.