viernes, 19 de junio de 2009
La sinfonía nº4, de Mahler
Mahler había decidido dedicar su vida a la dirección. Se había puesto a dirigir la ópera de Viena, y por lo que cuentan se involucró en todos los aspectos. Como sabemos (y si no para eso estamos), también quería componer. Él tenía algo que decir y tenía que decirlo con música. Así pues se buscó una casita de verano en el campo donde nadie le molestara, y no contento con eso, se buscó un cobertizo en mitad del bosque, (creo que al lado de un lago) donde sólo podía ir la criada a llevarle el desayuno a una hora concreta, y donde, por tanto, encontraba la paz que necesitaba.
Mahler había desarrollado una forma especial de contar las cosas. Él decía que después de la novena sinfonía de Beethoven (una vez más, vemos como todos los compositores románticos idealizan a Beethoven y lo tienen como un referente) uno debía sentirse libre para usar la voz como uno más de los instrumentos. Y lejos de la idea romántica de que la música debe ser vehículo suficiente para expresar cualquier sentimiento y cualquier idea, Mahler decide acompañarla de un texto. Además, él solía decir que una sinfonía debería ser como un océano donde todo tenga cabida y donde puedan coexistir elementos totalmente diferentes. Esto lo decía, evidentemente, en una época distinta a la nuestra, donde el compositor tenía algo que decir y la gente tenía algo que escuchar. Y hasta cierto punto, la vida del compositor podía interesar a la gente. Me explico: Si Mahler hubiera tenido un desengaño amoroso, y hubiera escrito una sinfonía que hablara, musicalmente, de ese desengaño, a la gente de su época le habría parecido bien. No me imagino a un compositor actual (de tradición clásica, evidentemente) contando con música sus desengaños amorosos.
Cuentan una anécdota, en relación a la tercera sinfonía, pero que viene bien para ilustrar todo esto. Fue Bruno Walter, discípulo y amigo de Mahler a visitarle a las montañas cuando éste acababa de terminar de escribir la tercera sinfonía. Walter se bajó del carruaje y se quedó ensimismado mirando el paisaje. Entonces Mahler, que había ido a buscarle y debía tener algo de prisa le dijo: "No te entretengas, está todo en mi sinfonía, ya lo escucharás."
Y no sé por qué cueno todo esto. Donde quería llegar es a que Mahler decide en un momento aún temprano abandonar las formas gigantes. Recordemos que su segunda sinfonía, en la que tiene un programa extensísimo, que nos habla del amor, de la muerte, de la resurrección... dura 80 minutos, y la tercera sinfonía es aún más larga, noventa. Sabemos también que la música de Mahler no tenía mucho éxito en aquella época. La gente no entendía lo que este hombrecillo hacía, y hubiera caído en el olvido de no ser porque un pequeño círculo de intelectuales (entre ellos su mujer Alma y uno de los filósofos más importantes de todo el siglo XX, Adorno, lo guardaron en su memoria, y fue en 1960, cuando se cumplieron 100 años de su nacimiento, cuando este hombrecillo, Theodor Wiessengrund Adorno escribió su libro "Mahler" y la sociedad lo redescubrió. En españa tuvieron que pasar algunos años más...
Así pues, esta sinfonía es más pequeña en todos los aspectos. Es más corta, de hecho de las sinfonías de Mahler es la más corta de todas. Es también más simple en su planteamiento, parece un cuento infantil. De hecho, el principio del primer movimiento, después de que las flautas hagan esos mordentes, cuando entra la cuerda nos parece que Mahler está diciendo: "Érase una vez..." y entonces, sin saber muy bien como, nos traslada a un mundo de leyenda. La melodía es claramente clásica, podía haberla escrito Haydn, ¡o Mozart! en la orquesta no encontramos metales pesados, como trombones o tubas y todo esto es lo que nos traslada a ese mundo de ensueño.
Al final Mahler no puede evitar emplear la voz. Una soprano canta un texto de esa colección de poemas populares que se llama "El cuerno maravilloso del muchacho" (Des Knaben wunderhorn, creo que sería en alemán) y que tanto gustaba a Mahler. El texto habla sobre los placeres gastronómicos del cielo. En Wikipedia hay una traducción al castellano, pero es muy mala. Aquí os dejo el original en alemán:
Wir genießen die himmlischen Freuden,
d´rum tun wir das Irdische meiden.
Kein weltlich´ Getümmel
hört man nicht im Himmel!
Lebt Alles in sanftester Ruh'!
Wir führen ein englisches Leben!
Sind dennoch ganz lustig daneben.
Wir führen ein englisches Leben
Wir tanzen und springen,
Wir hüpfen und singen!
Sanct Peter im Himmel sieht zu!
Johannes das Lämmlein auslasset,
Der Metzger Herodes drauf passet!
Wir führen ein geduldig's,
Unschuldig's, geduldig's,
Ein liebliches Lämmlein zu Tod!
Sanct Lucas den Ochsen tät schlachten
Ohn' einig's Bedenken und Achten,
Der Wein kost' kein' Heller
Im himmlischen Keller,
Die Englein, die backen das Brot.
Gut' Kräuter von allerhand Arten,
Die wachsen im himmlischen Garten,
Gut´ Spargel, Fisolen
Und was wir nur wollen!
Ganze Schüsseln voll sind uns bereit!
Gut' Apfel, gut' Birn und gut' Trauben!
Die Gärtner, die Alles erlauben!
Willst Rehbock, willst Hasen,
auf offener Straßen
Sie laufen herbei!
Sollt ein Festtag etwa kommen,
alle Fische gleich mit Freuden angeschwommen!
Dort läuft schon Sanct Peter
Mit Netz und mit Köder
zum himmlischen Weiher hinein,
Sanct Martha die Köchin muß sein!
Kein Musik ist ja nicht auf Erden,
die uns´rer verglichen kann werden.
Elftausend Jungfrauen
zu tanzen sich trauen!
Sanct Ursula selbst dazu lacht!
Kein Musik ist ja nicht auf Erden,
Die uns´rer verglichen kann werden.
Cäcilia mit ihren Verwandten,
Sind treffliche Hofmusikanten.
Die englischen Stimmen
Ermuntern die Sinnen,
Daß alles für Freuden erwacht.
Si algún lector habla un alemán fluido (que sé que lo hay) le agradeceremos todos una traducción aproximada.
Mientras tanto os dejo con esta versión de Georg Solti dirigiendo a la orquesta sinfónica de Chicago, con Kiri te Kanawa como soprano.
"Casi ná".
La sinfonía nº4, de Mahler
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
Pues, si. A ver si algún doiche´sprejer lo traduce, porque a mi me da la impresión de que se pasa todo el rato comiendo y, al final, al concierto. Lo que me desorienta es lo de "Wir führen ein englisches leben! " ¡Llevamos una vida inglesa!
ResponderEliminarEso no lo dirá por la comida... jejeje. Y hablando del texto, en general, yo no diría "cuerno maravilloso" sino mas bien "cuerno de la abundancia" -es broma-
Te propongo esta traducción. El título es Das himmlische Leben, La vida celestial. El resto dice:
ResponderEliminarDisfrutamos los placeres terrenales
y evitamos los terrenales
¡Ningún tumulto mundano
alcanza a oirse en el cielo!
Todo vive en la paz mas dulce
Llevamos una vida angelical
Sin embargo somos alegres
bailamos y saltamos
brincamos y cantamos
Mientras tanto San Pedro está en el cielo
San Juan ha dejado a su corderillo
ir al encuentro del carnicero de Herodes
Conducimos a una víctima,
a una víctima inocente
al corderillo a la muerte!
San Lucas sacrifica a los bueyes
sin pensar en ellos o prestarles atención
El vino no cuesta ni céntimo
en la bodega del cielo
y los ángeles cuecen el pan.
Sabrosas verduras, de todas clases
crecen en el jardín del cielo.
Suculentos espárragos,frijoles,
y cualquier cosa que deseemos.
Generosas fuentes están a nuestra disposición
Jugosas manzanas, peras y uvas.
El jardinero todo nos permite
Quieres un ciervo, quieres una liebre
Por las llanuras
caminan a tu lado.
Si algún día lo necesitases
todos los peces, alegres, nadarían contigo
Alli camina San Pedro
con sus redes y su cebo
al estanque celestial.
Santa Marta será la cocinera.
Ninguna música terrenal
puede compararse a la nuestra
Once mil doncellas se atrevén a bailar
Incluso Santa Úrsula se ríe
Ninguna música terrenal
puede compararse a la nuestra.
Cecilia y todos sus parientes
forman un magnífico conjunto musical.
Que las voces angelicales
despierten los sentidos
para que todo renazca con la alegría.
Muchas gracias por la propuesta, Manuel.
ResponderEliminarAhí queda!
:)
Ayer descubrí este blog buscando en Google información sobre la ofrenda musical de Bach y quedé gratamente sorprendido al encontrar tanta música estupendamente comentada.
ResponderEliminarAquí se demuestra que no hay que estirarse tanto para hablar de música clásica, de concierto o como se llame.
Éste post acerca de la cuarta de Mahler es una gozada, eso aparte de ilustrativo.
Nada, que se pasa muy bien en este blog.
Muchas gracias por tanto y tan bueno.
Os remito a mi blog sobre el coro de niños de Tölz, allí comento una grabación de este movimiento con el niño solista Helmut Wittek y más interpretaciones de Tölzerknaben: http://toelzerknabenchor.blogspot.com. Si necesitáis traducciones del alemán, contad conmigo.
ResponderEliminar