El concierto para Violín y orquesta, de Walton

Había una vez un violinista que podía tocarlo todo. Y no sólo podía tocarlo todo, sino que podía hacerlo más rápido y mejor que nadie. Y si cogieras una grabación y fueras al detalle, te darías de que cuenta en la más pequeña escala su interpretación sigue siendo perfecta. Este violinista se llamaba Jasha y se apellidaba Heifetz.

Pero no va sobre Heifetz este post.

William Walton nació a principios del siglo XX. En 1902. Yo creo que este fue un mal año para nacer siendo compositor. Hay músicos famosos que nacieron alrededor de 1880, (como el turrón) y músicos famosos que nacieron alrededor de 1920. Pero pocos de los más importantes nacieron alrededor de 1900. Sí, ya sé, Gershwin, y Milhaud y un montón de gente. Pero les pilló una etapa de transición entre dos mundos que no pudieron aprovechar muy bien.

El caso es que William Walton era un compositor inglés, que empezó dejándose llevar por la vanguardia, aunque no la vanguardia extrema. Bien podría haber seguido la segunda escuela de Viena proseguir los pasos de Schömberg, hacerse discípulo suyo, y gozar de la fama que tuvieron Alban Berg y Anton Webern. El caso es que hizo una obra muy interesante, donde entra en juego algo de performance, basada en un poema que escribió un amigo suyo y que se llama Façade. La obra, no el amigo. (Igual podemos comentarla un día de estos) Tuvo éxito, la pieza se tocó muchas veces, y Walton pasó a ser el compositor de moda en Inglaterra. Creo que fuera de Inglaterra nunca fue muy escuchado. El caso es que después de esto, decidió dejar la vanguardia un poco de lado, y se dedicó a hacer una música post-postromántica (si se me permite el término). Música con buenas melodías, con armonías consonantes, pero no necesariamente tonales, y también, por qué no, con una belleza especial.

Sin embargo, en Inglaterra apareció otro compositor que encandiló al público y se llevó la fama. Era Benjamin Britten, cerca de 10 años más joven que Walton.

Así pues, nuestro amigo William, siguió componiendo, estrenando, dirigiendo una orquesta y no gozó de fama mundial. Esto quizá le permitió hacer una música bonita, intimista y personal. En Inglaterra, tuvo reconocimiento, incluso le dieron la medalla al mérito y también sé que tiene el título de Sir., por lo que debemos decir Sir William Walton.

Pero sus obras más importantes son las que hizo cuando era el niño querido de todo Inglaterra. Osea, las primeras. En 1938, Heifetz le pidió a un concierto para Violín. (Lo de que un intérprete encargue música a un compositor era algo muy habitual en esta época). El caso es que Walton escribió este concierto, un concierto especialmente difícil, y al que los violinistas no suelen querer enfrentarse. Heifetz se lo estudió, lo estrenó, lo tocó unas cuantas veces, lo grabó y el concierto cayó un poco en el olvido.

Pasaron los años, y alguien le preguntó a Walton, en una entrevista el por qué hizo ese concierto tan difícil, que nadie puede tocar. Parece ser que Walton contestó:
-Quería encontrar algo que Heifetz no pudiera tocar. Pero ya descubrí que es imposible.

Y para la semana que viene, Messiaen. Gracias a todos por seguir leyéndome y comentándome. :-)
En el link de abajo podéis escuchar este concierto. Entero, y tocado por Heifetz.
Concierto para Violín de William Walton