viernes, 21 de noviembre de 2008
El requiem, de Mozart
Cuenta la película de Milos Forman que a Mozart le mató Salieri. Eso no es cierto. Lo que la película de Milos Forman “Amadeus” cuenta es que Salieri, loco de remate en un manicomio, dijo que él había matado a Mozart. Y eso es verdad.
Mozart, antes de morir, estaba vivo. Pero no vivía muy bien. Estaba rodeado de deudas por todas partes. Una tarde, estaba jugando con su hijo, que era pequeño, cuando llamaron a la puerta: abrió y se encontró a un tipo, todo vestido de gris, que le dijo que escribiera un réquiem. No había nadie por allí que transcribiera la conversación, así que no sabemos lo que dijeron exactamente, pero la leyenda cuenta más o menos que Mozart le preguntó al tipo vestido de gris que para quién era el réquiem, y el tipo de gris no le quiso contestar. Le dijo que él solo era un emisario y que cuanto cobraba. Parece ser que Mozart, que estaba rodeado de deudas por todas partes le dijo la primera cifra que se le vino a la cabeza, que debió ser muy alta, y el tipo vestido de gris se la sacó del bolsillo (o de la faltriquera, ve tú a saber). Le dijo: Aquí tienes esto para que empieces. Te pagaré otro tanto cuando la termines.
Poco tardó Mozart en gastarse el dinero, como solía hacer, en mujeres, vino y demás, por lo que se volvió a rodear de deudas por todas partes. Pero eso no es lo que nos interesa ahora. Mozart empezó a sospechar. ¿Por qué el misterioso hombre no le había dicho para quién era el encargo? ¿Por qué el misterioso hombre vestía de gris? ¿Por qué el misterioso hombre le había pagado todo lo que había pedido y le había prometido más cuando terminara? ¿Por qué no había regateado en el precio? Total, que Mozart se pensó lo peor. Este –se dijo- es la mima muerte personificada, que me encarga un réquiem para mi propia muerte, seguro, no puede ser otra cosa. Es la única explicación posible.
Total que se le empezó a ir la cabeza con eso y a punto estuvo de rechazar el encargo. Pensaría, si no escribo mi réquiem, no podré morir. Pero allí estaba su mujer para decirle: Tú, escribe, que el dinero no nace en una pecera!
En realidad, el hombre vestido de gris, era un emisario del barón Zu Stupach (o algo así) que tenía la costumbre de encargar obras a compositores famosos, que luego copiaba de su puño y letra, y decía que eran suyas. En este caso, quería regalar un réquiem a su recientemente fallecida esposa, y pensó: se lo pido a Mozart, le doy lo que me pida y todos contentos. La humanidad pensará que soy un genio y Mozart no se muere de hambre.
Claro, no podía decirle a Mozart que era para él, porque entonces el otro sospecharía algo y tomaría medidas.
Por su parte, Mozart fue retrasando el encargo cada vez más. Había escrito los dos primeros números, la parte coral de la zona central y estaba empezando a orquestar el lacrimosa, (por el compás 8 se quedó) cuando la muerte se le acercó por detrás y le dijo:
-Ea, ya he esperado bastante. Ámonos.
Y ahí se quedó la cosa. La viuda de Mozart, totalmente apenada, porque se había quedado sin marido y sin un duro. La ciudad de Viena como que no se enteró mucho, porque el día que Mozart se murió hacía un frío de los mil demonios y estaba todo el mundo en su casa al lado de la estufa. Y el Zu Stuppach o como se llamara, debió de pensar algo así como: ¿Y ahora que hago yo sin réquiem?
Total. Que decidió presionar un poco a la mujer, para ver si a ésta se le ocurría algo. La mujer, que como ya dijimos no tenía un duro, habló con los alumnos que Mozart tenía y les pidió que lo acabaran para así cobrar ella el encargo. Y de los alumnos, Sussmayer se consideró capaz de terminar lo que Mozart había empezado (al fin y al cabo, él les había comentado como iba la cosa) y así lo hizo. (Bueno, antes que Sussmayer, lo intentó otro tipo, pero no lo terminó)
Así que se terminó el réquiem y se cobró el encargo.
¿Y por qué sabemos hoy que eso lo escribió Mozart y no el otro barón? Pues por dos razones. Primero, por que Mozart, que escribía muy deprisa, tenía la costumbre de realizar dos copias de todo lo que hacía, y mandarle una a su editor. Aunque no lo tuviera terminado. Y segundo, porque, antes de darle la partitura al barón, entre los alumnos de Mozart, hicieron un concierto benéfico (para la viuda) con el réquiem. Y ya se enteró todo el mundo.
Si el barón terminó su osadía, o al final pasó, es algo que no sé.
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Que gran Requiem! No tiene desperdicio al igual que su historia. Pero mis números preferidos son el Kyrie y Lacrimosa, sin duda.
ResponderEliminarCada vez que puedo lo escucho.=)
Un saludito JoseM!
Mar
Es cierto. El lacrimosa tiene algo que lo hace especial.
ResponderEliminarMe alegra saber de tí. Espero que todo vaya bien por el Atlántico...
:)
El famoso Requiem! Entonces no lo terminó Mozart? Vaya! Y si mas o menos esto es "lo que pasó en realidad", porqué en la Película de Milos Forman, como dices, acusa a Salieri como el que la encarga? y es mas.. la "escribe el" de la boca d Mozart! xD Supongo que habrá varias versiones de la inconclusa vida del artista, empezando por el desconocido paradero de su cuerpo!
ResponderEliminarEstupendas historias para unas audiciones formidables. Un saludo JManuel!
Pues sí. Lo único que hay de cierto en la película de Milos Forman es lo que dije: Que Salieri terminó loco, en un manicomio, diciendo que él había matado al genio. Sobre el paradero de Mozart, parece que un tipo llegó diciendo que sabía de su localización, porque había visto como lo tiraban a una fosa común y lo había localizado. El caso es que rescataron un craneo que ahora está expuesto en el Mozarteum de Salzburgo. Claro, que nadie se cree que efectivamente sea el cráneo de Mozart. Y no pueden hacerse pruebas de ADN porque no hay descendientes conocidos. En fin, un lío.
ResponderEliminarAquí tenéis un artículo muy interesante sobre lo que pasó con los restos de Mozart. O de quien fuera.
ResponderEliminarhttp://www.nievesconcostrina.es/ampliaradio.asp?id=577
Espero que os guste, y que a Concostrina no le importe...
Si Sussmayer consiguió concluir esta obra de arte, ¿cómo es que no se volvio famoso y fue considerado un gran compositor? Aún teniendo las bases que le dejo Mozart, concluir este Requiem no es moco de pavo...
ResponderEliminarBueno, en realidad poco fue lo que hizo Süssmayer. Una especie de reexposición al final en los dos últimos números. Y en toda la parte central, se limitó a hacer la orquestación. Tiene mérito, no se lo voy a negar, pero la fama es caprichosa y efímera. Es algo que no se puede controlar. Quizá no hizo más obras interesantes...
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